Popular de Juguetes continuó fabricando Exin Castillos y Exin West al cierre de Exin Lines hasta el año 2004 en que cesó sus actividades. En lugar de fabricar los mismos modelos crearon los suyos propios, con mayor o menor acierto.


La opinión generalizada, que comparto, es que la calidad de las piezas fabricadas por PDJ es inferior a la del Exin Castillos original. El veteado del plástico es mucho menos atractivo: en ocasiones llega a ser de un crema casi sin vetas o con finísimos hilos negruzcos; en otras se distinguen trazos naranja que nunca llegan a igualar la riqueza de matices del  juguete de Exin Lines.


Por otro lado, los moldes no son 100% idénticos. Al cabo de 10 hiladas, se produce un desfase de casi un milímetro al apilar los bloques, de manera que no es buena idea empezar a construir con piezas de Exin Lines y continuar con ladrillos de PDJ. En cambio, si se mezclan uniformemente, se pueden combinar perfectamente sin mayores problemas.  El acabado de las piezas varía enormemente de modelo a modelo. En algunos se advierten feísimas rebarbas que hay que eliminar una a una; en otros el encaje no es totalmente satisfactorio, y finalmente en otros es tan bueno -si no mejor- que el original.


PDJ fabricó castillos en un mundo bien distinto del de Exin Lines. Desde los años 80 del siglo XX llegaron a España infinidad de juegos electrónicos que tuvieron enorme éxito entre los niños. Numerosas compañías jugueteras españolas tuvieron que cerrar, y PDJ se vio obligada a innovar para sobrevivir. Tengo que decir que no lo hizo nada mal. El corpus de piezas de Exin Lines casi no varió desde los primeros modelos (si me apuran, desde Exin Blocks). En ocasiones, el cambio se redujo a cambiar el color de los bloques (comparar la Serie dorada con el Nuevo Exin castillos). En cambio la variedad de los modelos de PDJ es fabulosa: cambian los colores de las piezas (azules, rosados, rojos, verdes...), se crean bloques nuevos, se añaden piezas móviles más jugables y se incorporan elementos audiovisaules, todo con vistas a hacer más atractivo el producto.


Igualmente, prestaron minuciosa atención al diseño de los manuales de instrucciones. Los de Exin Lines están plagados de errores y ambigüedades; los de PDJ se imprimen incluso en color, son muy claros y exhaustivos, y se nota el trabajo que hay tras ellos.


Las figuritas que pueblan los castillos se moldearon con mayor detalle. Al principio eran copias de las de Exin Lines, pero después se crearon diseños propios que, contemplados desde la perspectiva de un niño de siete y ocho años, invitaban a jugar con ellas. La variedad, por otro lado, es notable. Hay espadachines, lanceros, maceros, trompeteros, caballeros con lanza o maza, esqueletos, brujas, murciélagos, reyes y damiselas... Junto a figuras con extremidades móviles encontramos caballos de retrofricción, cañones y catapultas que disparan bolas y hacen de Exin Castillos un juguete dinámico, alejado del fetichista espíritu del “mírame pero no me toques” que parecía dominar en la época del primer fabricante.


Al igual que Exin Lines se aprovechó de los pitufos para sacar una serie completa de castillos, también PDJ utilizó películas, juegos y personajes de la literatura como inspiración para sus castillos, por ejemplo en The Legends of Zelda, Robin Hood y Shrek.










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