Descripción
Ref. 47051
Edad recomendada: 4 años
Nº de piezas: 1082
Fabricado en España en 2001
El Castillo de las Hadas es uno de los últimos modelos fabricados por la empresa Popular de Juguetes. Dichos castillos a menudo son muy diferentes de los de Exin Lines, tanto en la concepción arquitectónica como en el color de las piezas. En aquellos años PDJ trabajaba intensamente en el diseño de nuevas construcciones, pero descuidó bastante el control de calidad, y así es frecuente encontrar piezas que no ajustan bien o con acabado imperfecto.
Este castillo iba dirigido preferentemente al público infantil femenino, de ahí los suaves colores de las piezas. No fue un éxito de ventas; es criticado casi unánimemente por la comunidad exinera debido al inusual color de sus ladrillos y tejados, incompatible con cualquier otro modelo. Sin embargo, debo decir que el fabricante se esmeró. Sus “defectos” vienen precisamente del intento de crear un producto adaptado a un público muy concreto, algo que Exin Lines no hizo desde que sacó al mercado la serie Azul, limitándose a repetir el mismo esquema en años sucesivos, con la notable excepción de la serie Dorada.
Para el Castillo de las Hadas se diseñaron puertas y ventanas originales (aunque tal vez no muy conseguidas), que justamente por ser únicas no combinan con los demás modelos. Es uno de los pocos modelos que traen el balcón de madera y la escalera palaciega que se va ensanchando a medida que descendemos. Con sus 1082 piezas (según el inventario de Eddie the Wild) es una construcción impresionante que contiene seis torreones redondos de tejado alto, tres de tejado corto, una torre redonda grande y dos tejados rectangulares de 8x4.
Las seis figuras están relacionadas con la temática de los cuentos de hadas: un príncipe ataviado con falda y botas camperas; una reina buena con sobrepeso; una reina mala que usa mascarillas de kiwi y blande a modo de cetro -¿como símbolo castrador?- una especie de espermatozoide amarillo; un hada madrina a la que le gustan quizá demasiado los helados de nata y fresas; una princesa prima de Pippi Calzaslargas, y un dragón que se parece a Dino, la mascota de Pedro Picapiedra.
Se podrá argüir que el Castillo de las Hadas no es compatible con el universo Exin, pero nadie puede negar que es consistente consigo mismo; mirándolo parece que hemos entrado en un mundo de fantasía, y muy posiblemente a las niñas de seis años las traía al fresco la homogeneidad de las series de PDJ.
El fracaso comercial de este modelo supuso para mí una ventaja: lo compré en 2008 a precio de ganga.
